Emprendimientos surgidos durante la pandemia

Dice un refrán que en tiempos de guerra algunos lloran, mientras que otros fabrican pañuelos. La frase quiere decir que en momentos de crisis algunos se dedican a lamentarse, protestar y esperar que los gobiernos les resuelvan sus problemas. Pero quienes conocemos el sistema, sabemos que ese es un esfuerzo inútil. Frente a las crisis solo hay una respuesta posible: emprendimiento y resiliencia.

El emprendimiento, porque permite resolver problemas, potenciar al individuo y producir bienestar y riqueza. La resiliencia, en cambio, es la capacidad que tenemos para sobreponernos a los problemas, resistir y avanzar independientemente de cuáles dificultades enfrentamos.
Creo que una combinación de ambos factores es la que nos saca de la pobreza y nos lleva al éxito. Y precisamente en tiempos de crisis como los que vivimos actualmente desde que la pandemia global del coronavirus paralizó al mundo, es cuando más necesitamos de personas dispuestas a integrar estas dos características en su personalidad.

En este artículo quiero compartir mis observaciones sobre algunos sectores que hemos visto surgir durante la pandemia. Se trata de sectores que lejos de experimentar la recesión y crisis, se han visto potenciados a pesar, e incluso gracias a la crisis.
Creo que estudiar estos ejemplos te permitirá inspirarte y animarte a intentar tus propios emprendimientos durante esta «crisis» que, si eres un poco perspicaz, te darás cuenta de que más que una crisis es una nueva realidad mundial.

Los 5 emprendimientos que han surgido o se han potenciado durante la pandemia

1. Los servicios de delivery

Obviamente los envíos a domicilio, o delivery como gusta más decir a los jóvenes, no surgieron durante la pandemia, sin embargo, ha sido este periodo de distanciamiento social y movilidad limitada el que ha visto la explosión definitiva de estos servicios.

En países como Colombia, Perú y Argentina, las empresas de envío han crecido de forma exponencial, empleando además a miles de venezolanos emigrados a esos países. Aquí en Venezuela han surgido iniciativas autóctonas que, apoyándose en la tecnología, comienzan a llegar a otros mercados. De igual forma, empresas de envíos ya establecidas en otros países han ingresado al mercado venezolano.

Lo que más me gusta de los delivery es que veo a muchos jóvenes trabajando en ellos. Eran chicos que hasta hace poco no tenían ingresos y que actualmente ven mejorar su calidad de vida gracias a las ganancias generadas en estas empresas.

2. Alimentos caseros

Una prueba fehaciente de que para emprender lo más importante no son los recursos sino las ganas, está en los emprendimientos de alimentos caseros. No se trata de restaurantes lujosos o cocineros reputados, sino personas comunes y corrientes que actualmente ofertan sus platos en redes sociales.

Las personas han respondido muy bien a este tipo de emprendimientos, ya que la comida casera tiene un gusto particular. ¡No hay nada como un buen plato hecho en casa!
Estos emprendimientos les han permitido, sobre todo a amas de casa que vieron como la crisis las afectaba profundamente, obtener ingresos por su trabajo. Además, suelen apoyarse en sinergias, es decir en cooperación con las empresas de envíos. Así es como logran captar y satisfacer a sus clientes.

3. Medios de comunicación alternativos

Utilizando herramientas como el teléfono celular o una sencilla aplicación, la pandemia vio el surgimiento de medios de comunicación particulares. Se trata de medios alternativos, alejados de los grandes conglomerados de noticias.

Más bien son periodistas ciudadanos, interesados en dar información alternativa y efectiva a quienes los leen. En Caracas, por ejemplo, surgió El Caraqueño, una sencilla cuenta de Instagram en la que encontrarás información valiosa sobre la vida social en Caracas.

Estos emprendimientos me emocionan ya que representan una cara fresca, alejada de los compromisos que los medios tradicionales tienen con los poderes económicos o políticos.

4. Ecommerce caseros

¿Quién hubiera pensado hace apenas unos años que una persona desde su casa iba a poder hacer un ecommerce? Y sin embargo ha ocurrido; en plena pandemia muchos han montado ecommerce caseros.

Basta hacer una breve navegación por la red social Instagram para encontrarnos a particulares vendiendo productos electrónicos, perfumes, objetos para el hogar o refacciones para vehículos. Todo con una modesta inversión y mucho tiempo dedicado a la promoción y viralización de contenidos.

Me gustan estos emprendimientos porque nos permiten ir más allá de gigantes como Amazon o EBay. Además, es más confiable comprarle a un particular con nombre y apellido que a un gigante corporativo que muy probablemente no responda a la hora de un reclamo.

5. Formación online

Era evidente que en tiempos de confinamiento en casa las personas buscaran conocimiento. Últimamente lo han hecho a través de plataformas de formación en línea. Pero a lo que me quiero referir en este artículo no es a empresas como Platzi o Código Facilito, sino a las personas en particular.

Como respuesta a la imposibilidad de asistir a los planteles a dar clases, muchos profesores comenzaron a utilizar sus propias redes sociales para hacer formaciones en línea. Desde maestros de escuela, hasta profesionales especializados. ¡Todos están hoy en internet, ofreciendo sus cursos y formaciones a distancia!

El hambre por el conocimiento no cesa, y ello ha llevado a que la mayoría de estos cursos en línea tengan demanda y funcionen. ¿Qué habría sido de miles de maestros si no hubieran tomado esta iniciativa? Probablemente estaría, como están en muchas partes del mundo, desempleados y esperando que los gobiernos del mundo tomen medidas para la reactivación escolar.

Una conclusión personal

Yo he sido muy crítico con las tecnologías y el uso que se les da. En mi libro No somos tan diferentes, me refiero a estos usos perversos, consumistas y embrutecedores de las herramientas tecnológicas. Pero, precisamente porque se trata de herramientas, creo que la tecnología también puede usarse de forma positiva.

Hoy te he mostrado como la combinación de emprendimiento y resiliencia, además del apoyo en la tecnología, pueden promover emprendimiento aún en las peores situaciones. Estos negocios surgidos de la crisis refuerzan mi convicción de que el sistema no salvará a nadie, sino que cada uno debe buscar su propio camino y salir adelante con trabajo, disciplina y esfuerzo.

¿Y tú? ¿Ya has pensado en emprender?