Vivimos en constante cambio y muchas de las ideas y valores con los que hemos crecido se han transformado, obligándonos a adaptarnos, incluso, a replantear nuestro trabajo para hacerlo de otra manera, así como la forma de relacionarnos con nuestro entorno, lo que que hace que nuestra felicidad se tambalee. De ahí radica la importancia de tener una guía para conducir nuestra vida, y definir qué es importante y cómo orientarnos hacia la felicidad, siguiendo reglas básicas para construir una vida feliz y plena.
Actualmente, existe mucha literatura sobre reglas básicas para construir una vida feliz y tranquila y alcanzar la plenitud. Muchas de las cuales son parte de nuestro sentido común como seres humanos, y nos recuerda la importancia de hacernos conscientes de la importancia de revisar y reforzar nuestros valores constantemente.
Estas son las tres reglas básicas para construir una vida feliz:
1.- La familia es lo primero. Dedica tiempo a tu familia, pareja, hijos y amigos.
2.- Invierte en ti mismo. Aprende durante tu vida; el mayor retorno de inversión proviene de lo que uno invierte en uno mismo.
3.- No te compares. Enfócate en tu propia experiencia; la única competencia que tienes eres tu mismo.
Armando Iachini: Entrenar el pensamiento para una vida feliz
La felicidad de las personas pueden ser diferente y según sus circunstancias, en mayor medida se debe a la personalidad, a los pensamientos y comportamientos que podemos cambiar y cultivar para tener una vida feliz.
En nuestra vida, llegamos a conocer a personas que permanentemente tienen una buena suerte, y parece muy fácil conseguir lo que uno quiere en la vida. Esto significa que, ellos han conseguido dominar un proceso de pensamiento y un plan de acción, han logrado desarrollar la cualidad de pedir y recibir lo que desean. Para lograr este estado mental, podemos entrenar nuestro pensamiento, manteniendo los siguientes consejos:
- Visualizar. De esta forma podemos saber exactamente lo que queremos, de la forma más específica posible. Siempre debemos indicar cuáles son nuestros deseos de forma articulada y clara, tanto a nosotros mismos como al resto del mundo.
- Comunicar de forma efectiva. Hablar de forma abierta y efectiva sobre lo que quieres con las personas que realmente pueden ayudarte. Cuando ambas partes saben lo que quieren, y están convencidas de que es lo mismo, pueden establecer el marco del objetivo común.
- Adapta tus preguntas para pedir lo que quieres sin miedo. Algunas veces hay impedimentos culturales, a muchas personas les da miedo a pedir por el temor a ser rechazados. En Estados Unidos, lo intentan una y otra vez hasta que lo consiguen.
- Trabajar duro y ser persistente. La constancia, saber enfrentarse a los diferentes desafíos que se nos presentan y comprometerse con las ideas propias. Cuando el objetivo es auténtico y verdadero lo conseguirás, el objetivo es el camino.
En los estudios sobre la felicidad de las personas puede explicarse por las diferencias en sus circunstancias, en su gran mayoría lo que la determina se debe a la personalidad, a los pensamientos y todos los comportamientos que se pueden cambiar, lo que significa que podemos entrenarnos para tener una vida feliz.
La felicidad es la suma de las elecciones
Las personas felices parecen saben intuitivamente que su felicidad es la suma de sus elecciones de vida, y no condicionada a su entorno. Sus vidas se basan en los siguientes pilares:
- Dedicar tiempo a la familia y los amigos.
- Valorar lo que tienen.
- Mantener una actitud positiva.
- Tener una sensación de propósito.
- Vivir el momento.
Si has estado buscando tener una vida feliz, la buena noticia es que tus elecciones, pensamientos y acciones pueden influir en tu nivel de felicidad. Para iniciar el proceso y convertirte en una persona más feliz:
1.- Cultiva las relaciones. Rodéate de personas felices, sobre todo con esos familiares y amigos que te alientan en tus objetivos.
2.- Practica la gratitud. Es sentir asombro, aprecio y agradecimiento por la vida. Piensa en las cosas por las que sientes gratitud antes de dormir y cuando te despiertas por la mañana.
3.- Cultiva el optimismo. Desarrolla el hábito de ver el lado positivo de las cosas. Ten presente que lo bueno que tienes casi siempre supera lo malo. Al reconocer los pensamientos negativos, toma distancia y hazte estas preguntas claves:
- ¿Es la situación realmente tan mala como creo?
- ¿Hay algún otro modo de ver la situación?
- ¿Qué puedo aprender de esta experiencia para usar en el futuro?
4.- Encuentra tu propósito. Las personas que se esfuerzan por cumplir un objetivo o lograr una misión son más felices que aquellas que no tienen dichas aspiraciones. No importa tanto cuál sea tu objetivo, sino si el proceso de trabajar para lograrlo es significativo para ti. Si no haz encontrado tu propósito hazte estas preguntas para descubrirlo:
- ¿Qué me emociona y me da energía?
- ¿Qué logros me enorgullecen más?
- ¿Cómo quiero que las demás personas me recuerden?
5.- No pospongas ser feliz esperando que lo alcanzarás el día en que tengas menos ocupaciones o la vida sea menos estresante. Ese día puede no llegar nunca. Busca oportunidades para saborear los pequeños placeres de la vida diaria. Enfócate en lo positivo en el momento presente, en lugar de pensar en el pasado o preocuparte por el futuro.
Empieza hoy mismo a trabajar para lograr tu objetivo de ser una persona con una vida feliz, y encuentra la forma, cada día, de implementar estas estrategias.